¿PUEDE LLEGAR A UNIRSE UNA ARGENTINA DIVIDIDA?
¿Puede llegar a unirse una Argentina dividida?
Por: Carolina Sigstad.
Hay algo que separa a los seres humanos y esos son los valores morales -aunque- también pueden ser usados para unirlos.
En BIOTUC nos identificamos con un valor fundamental que es el patriotismo el cual se diferencia del nacionalismo. El patriotismo hace referencia al amor por una nación, con más énfasis en los valores y las creencias.
El patriotismo se basa en el afecto y el nacionalismo tiene sus raíces en la rivalidad y el resentimiento. Se puede decir que el nacionalismo es militante por la naturaleza y el patriotismo se basa en la paz y sentimiento de responsabilidad.
La inteligencia y habilidades verbales del ser humano pareciera que no evolucionaron para ayudarnos a encontrar la verdad, sino para manipular y defender nuestra “reputación”. Los argentinos somos muy buenos autojustificandonos y consideramos los intereses de un grupo “Mi equipo contra el otro equipo” similar a “Boca-River”, “Unitarios-Federales”, “Kitchnerista-AntiKitchnerista”, “Peronísta-Radicales”, “Macristas-Antimacristas”. Pero si uno evalúa la evidencia de que su lado está mal, simplemente no lo podrá aceptar. Por esto no se puede ganar una discusión política, no se puede convencer a la persona con razones y pruebas, porque así no funciona el razonamiento.
Frecuentemente escuchamos frases “Dan asco de delincuentes los políticos”, “Dan asco las barras bravas de X equipo”. El asco activa un nivel mucho más profundo que el enojo. El asco muestra a las personas como subhumanas, monstruosas, moralmente deformes.
A medida que nos satanizamos entre nosotros a través de una visión maniqueísta (visión dualista), no solo seguiremos sin razonar, sino que el odio aumenta “son repugnantes”, “son asquerosos” y “no queremos nada con ellos”. Tememos que toda la generación de jóvenes, si su entrada a la política implica mucho asco, no querrán estar involucrados en política con el tiempo.
Las veredas enfrentadas aisladas en unos silos ideológicos; donde transcurre por el medio de las aceras 2,78 millones km² (tamaño de la República Argentina); acrecienta la hostilidad de ambas partes quedando una nación vaciada -sin lugar-. Este enfrentamiento se observa desde muchas actitudes (se pierden amistades, no prosperan relaciones o se encuentran menos atractivos, se pierden vidas, entre otros).
Si podríamos comparar la situación actual del país conjuntamente con los enfrentamientos, podríamos compararla con una Masa de Zombis y otra de Humanos. La masa de zombis referidos a cuerpos sin alma vagando en grupos, a veces sin pensar en sí mismos, simplemente por el hecho de pertenecer a un grupo siguiendo una ideología o mandatos, intentando extender su enfermedad y destruir a la sociedad. Seguramente todos se identificarían con la masa de humanos, en la que el odio y la destrucción la propagan la masa zombi.
Creo la verdad que todos somos parte de ésto, lo bueno es que podemos ser parte de la solución asimismo.
¿Cómo desactivamos el asco? ¿Cómo podríamos conectarnos y comunicarnos? De hecho no hay razones, creemos que el antónimo del asco es el amor, el patriotismo. El amor disuelve los muros.
En este país con la visión maniqueísta, los equipos siempre están mirándose desde la vereda de en frente.
¿Qué puede llegar a ayudar a replantear las posturas? Antes que nada el aumento de los medios sociales, los trending topics, cada vez más cómo elegimos estar en tal o cuál vereda, es que cada parte intenta hacer al otro horrible. Entonces cada vez más se elige en contra y no a favor de lo nuestro (en éste caso de NUESTRO PAÍS).
Por otra parte, como sabemos las divisiones son profundamente morales, lo que deberíamos encontrar es el punto de inflexión, es decir el punto donde ambos valores (X-Y) se conectan.
Como ya se dijo anteriormente, todo se rige por valores morales separados, donde cada comunidad moral es una alucinación consensual, y el pensamiento es “son trogloditas, delincuentes” y tienen todo para demostrarlo. Pero los de la vereda del frente que pareciera contar con una matriz moral diferente ven los hechos de una forma completamente distinta. Y cada uno ve diferentes amenazas para el país.
¿Qué ganamos colocándonos en el medio? Para entender ambos lados es que ambas partes tienen razón. Hay muchas amenazas, y cada lado es incapaz de ver todas.
La empatía realmente debe contar, si se hace cuando es difícil. En Argentina tenemos una amenaza existencial, puesta sobre nuestras manos. Nuestras divisiones, principalmente políticas, es la brecha más importante a la que nos enfrentamos. Ésta es la necesidad urgente que nos compete como Nación, y las cosas no van a mejorar solas.
Los cambios se inician con la gente entendiendo de que éste momento que transitamos, es un punto de inflexión y necesitamos empatía, nos necesitamos para poder revivir como nación. Dejemos de ver a la vereda de en frente como enemigos, nos necesitamos los unos con los otros. Debemos hacer un esfuerzo en agradarnos. Todos tenemos a un familiar, un amigo, un conocido que está del otro lado “Boca-River” “Radical-Peronísta” “Macrista-Kitchnerista”. Aprendamos a dialogar, sabiendo que no estamos de acuerdo en un tema o dos, pero una cosa que realmente respeto de vos es que sos Argentino/a y queremos ver nuestro País progresar.
EMPATÍA Y RESPETO
Si podemos apelar a esto, podremos conectar y progresar. Respetemos y conectemos por la razón más simple y suficiente que ser ciudadanos argentinos. Unamos a este país, a pesar de los políticos, los diarios, el fútbol, la televisión, Twitter, y de todo lo que nos divide.
Lo hagamos porque es lo correcto. Lo hagamos porque el odio, el desprecio, el asco que fluye todos los días y de manera progresiva nos corrompe como sociedad, nos destruye cada día.
Nos debemos los unos a los otros y a nuestro País, tendernos las manos e intentar conectar.
Respeto y Empatía es lo mínimo que nos debemos los uno a los otros.